jueves, 1 de marzo de 2012

El miedo. Federico de Reoberto


Federico De Roberto nació en Nápoles en 1861 en una familia noble. Obtuvo el título de contable en un instituto técnico, pero su pasión por el latín y la cultura clásica le llevó a dedicarse a su estudio. Fue crítico y periodista, publicando en revistas de Catania y Roma. En una época de su vida, vivió en Milán, formando parte de un grupo de intelectuales y publicando narraciones en el Corriere della Sera.
Escribió obras veristas sobre la desintegración de la nobleza y los intentos de la burguesía de ocupar su lugar; también escribió narrativa intimista de análisis psicológico, tema que le interesó notablemente. En general, su estilo es naturalista y realista, pero sus colecciones de relatos dan cuenta de una profunda búsqueda formal; son: La sorte (1887), Documenti umani (1888) y Processi verbali (1890). Su obra cumbre, Los Virreyes (1894), forma parte de una trilogía compuesta además por L’Illusione (1891) y L’Imperio (1929). Volvió a Catania donde trabajó de bibliotecario hasta el fin de sus días, ya que sus obras no fueron reconocidas en su época. Murió en Catania en 1927.

La obra.- El miedo narra la agonía de un batallón italiano cuyos soldados, ocultos en las trincheras, tienen que salir a campo abierto para recuperar una posición perdida, sabiendo que la muerte les espera a poco de abandonar el hoyo donde se encuentran, dado que un francotirador los abate tan pronto como ponen un pie en tierra de nadie.
Publicada en 1921, se trata de un breve relato, una “micronovela” (apenas cincuenta páginas), que, con un ritmo ágil y un aumento progresivo de la tensión, camina inexorablemente hacia un clímax brutal y sobrecogedor. De Roberto nos describe de forma magistral un episodio que seguro se dio con frecuencia en los distintos frentes de la I Guerra Mundial; el paso del tedio insoportable de las trincheras a la tensión de la espera de un ataque o una muerte que se sabe cercana; una corta obra de teatro en un acto sobre el espanto de dejarse matar o la obligación de matar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario