Música para la paz
Benjamin Brittem compuso en 1962 el War Requiem, (misa de guerra) donde intercala entre los textos litúrgicos poemas de Wilfred Owen, el poeta inglés fallecido en la Gran Guerra.
El compositor británico perdió a cuatro amigos en la Primera Guerra y a ellos dedicó esta obra. Tres de ellos fallecen por las secuelas de la contienda y el último de ellos se suicidó después de una vida de inestabilidad psíquica consecuencia de la participación en el conflicto.
La clave para comprender el War Requiem está en los poemas de Owen con el que comparten universalmente el sentimiento antibelicista: Las víctimas de la guerra deambulan por un limbo donde se respira miedo, incomprensión y duda. No entienden el sentido de la propia muerte ni la de sus compañeros; por otra parte claman sobre la existencia de un Dios tan poderoso como para ser capaz de resucitar a los muertos. Si no hay gloria aquí ni en el más allá ¿para qué tanto sacrificio?
¡No se escucha el vídeo!
ResponderEliminarSe escucha perfectamente y es una música que parece proceder del más allá; lo más siniestro son las voces del coro infantil, como infantes fallecidos en la guerra...
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