Durante la Gran Guerra la
presencia de corresponsales en los campos de batalla estuvo prohibida, tanto en las
líneas francesas y británicas como en las alemanas y tan sólo pasando una estricta selección algunos
fotógrafos militares acreditados conseguían la banda blanca que los autorizaba
como fotógrafos de prensa.
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Soldados británicos y prisioneros alemanes, Batalla del Somme 1916 |
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Tommy en la trinchera, batalla del Somme. J.W. Brooke |
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En el caso británico hubo una presencia mayor de
fotógrafos debido a la intervención del embajador británico en Washington, que
envió una carta a la secretaría de Asuntos Exteriores sugiriendo la
conveniencia de fotografiar el conflicto. Se envió a dos fotógrafos, Ernst
Brooks (fotógrafo oficial de la fasmilia real de Jorge V) y Warwick Brooke, responsables de la imagen del ejército británico entre
1916 y 1918. Brooks fue el primer fotógrafo oficial británico en llegar a las primeras líneas del frente
oeste, ya en 1916, tomando imágenes cámara en mano, consigue realizar imágenes
propagandísticas y gracias a su dominio de los efectos de luz, algunas imágenes
muy artísticas. A Warwick Brooke se le encargó tomar todas las imágenes posibles
y de la mayor variedad. Se estima que desde 1916 a 1918 pudo tomar unas 4.000
fotografías, entre ellas algunas de las fotografías más emblemáticas de la
Primera Guerra Mundial. Las autoridades británicas
autorizarán a publicar aquellas imágenes que contribuyeran a levantar el ánimo
de los soldados, mostrar superioridad sobre el enemigo, despliegue de tropas,
prisioneros de guerra,etc. En este sentido la censura afectaba no sólo a la
elección de la temática sino a la forma de abordar el objeto de la fotografía. El fotorreportero era conducido al
lugar deseado por los mandos para realizar las fotografías. Hacía lo que
se le ordenaba porque un fotógrafo podía convertirse en un enemigo potencial...
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Silueta del 8º batallón de Yorkshire. Ernst Brooks |
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